miércoles, 29 de diciembre de 2010

Un lugar para vivir


¡Es curioso!.
Nos fuimos del campo a las ciudades, para vivir en sitios como este.

Tratamiento digital: ligera distorsión, balance de blancos, retoque de curvas, escala, nitidez, marco.

Fujifilm Finepix S100FS, 1/250, f5.6, ISO 400, 110mm.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Y lo peor: la manera de ver la vida y de vivirla.
Es una foto filosófica, Erelea.
Más bonita la foto que el objeto.

Y feliz año.

Erelea dijo...

Las viviendas de la foto no están en un suburbio. Así, a ojo, cuestan más de 120 millones de pesetas (700.000€) cada una. Lo que habrá que trabajar para vivir ahí.
Yo me conformo con muchísimo menos.

Y ahora lo importante: yo también te deseo un buen 2011.

Recuerdos perdidos dijo...

Sí, parece una mala broma.La foto hace pensar y maldecir.

Feliz año.

Erelea dijo...

Mujer, tanto como maldecir...
Ademas, seguro que la gente que vive ahí está tan contenta con la casa que tiene. Incluso , si vieran esta entrada del blog me dirian que lo que yo tengo es ¡envidia!.

!Que tengas un 2011 estupendo¡ :)

diminuto blog dijo...

Recuerdo, Erelea, a personas que nacieron en grandes ciudades, y que jamás habían conocido "el medio rural". Esas personas abandonaron Madrid, Barcelona..., para emprender una nueva vida en pequeños pueblos. Fue allá por los setenta y ochenta, y en gran número.
La integración en el medio rural no es fácil, y no tanto por lo extraño que se hace para el urbanita cambiar de hábitos, si no porque "nunca" pertenecerán al lugar en el que no nacieron.
No quiero generalizar; o al menos no quiero que se entienda esta generalización como un axioma, sino como una realidad estadística:
Quedaron muy pocos; la mayoría regresó a su ciudad.

Ah... Y feliz 2011, si me permites.

Erelea dijo...

Gracias Diminuto. Feliz año también para tí.

La vida en el campo está muy bien en verano, pero todo el año, y más en un pueblo pequeño de Castilla, no es algo para todos los públicos ni mucho menos.

Anónimo dijo...

A mí me abruma el sentimiento de hormiguero, de amontonamiento y, paradójicamente, de soledad. Siempre he sido habitante de barrio viejo, donde se circula "a paso de hombre", que se dice por aquí, con toda incorrección política. Me costaría mucho trabajo vivir ahí, aunque sean pisos lujosísimos, seguramente por las mismas razones por las que los urbanitas setenteros acabaron abandonando el campo. Cuestión, seguramente, de etología, más que nada.

Erelea dijo...

En los barrios viejos, como en los pueblos, se habla CON la gente.

En los sitios grandes se habla DE la gente (y muchas veces ni siquiera eso). Por eso hay tanta soledad.

El tópico de la ciudad deshumanizada no es un tópico, es una realidad.