"Había una vez un gallo presumido y mentiroso que se llamaba Gallo Quirico. Un día recibió una invitación de boda, pues al domingo siguiente se casaba el Tío Perico..."
Cuando me puse a hacer fotos a un gallo no pensé que era tan difícil.
Estas aves son grandes y al ser domésticas nos podemos acercar sin muchos problemas, pero son desconfiadas y no están quietas. Incluso cuando están quietas hacen movimientos imprevistos rápidos (tipo tics) con la cabeza, de tal forma que muchas fotos quedan movidas. Mi solución: hacer bastantes fotos para después seleccionar las mejores.
En este caso me hubiera gustado un fondo mejor (una pradera o similar), pero lo que había en el corral eran piedras y con ello me he conformado.
Tratamiento digital con el Gimp. Pequeño retoque de: curvas, aberración cromática y nitidez.
Fujifilm Finepix S100FS, 1/200, f4.3, ISO 100, 170mm, macro.
3 comentarios:
Qué pocos gallos tan chulos como éste se encuentran hoy. La foto es simpatiquísima.
Por cierto ¿Me permites sacarle una copia para un cierto conocido mío? Le va a encantar.
¡No faltaba más!
Todas las que necesites.
Gracias. Recibirá noticias.
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