domingo, 21 de noviembre de 2010

Otoño en Tierra de Campos II

Todo cambia. Es inevitable. Así ha sido siempre, pero no a estas velocidades.
No depende de nadie concreto y las fuerzas que provocan el cambio son demasiado fuertes y dispersas para enfrentarse a ellas. O a lo mejor no hay que hacer nada.

Tampoco queda casi nadie, ni para aplaudir ni para oponerse.

¿Hacia donde vamos?
¿Lo saben los que nos llevan?
¿Necesitamos ir?
¿Queremos ir?
¿Debemos ir?

Retoque digital: ligero retoque de curvas, escala, nitidez, marco, como casi siempre con El Gimp.

Fujifilm Finepix S100FS, 1/420, f4.6, ISO 100, 220mm.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y ese ejército de gigantes flacuchos se acerca al pueblo en son de paz o en son de guerra? ¿Los vecinos están escondidos dentro de sus casas o se han ido huyendo por el camino?

Estupenda foto.

Recuerdos perdidos dijo...

Y si no nos dejamos ir, ¿nos tildarán de Quijote?
Bonita imagen.

Erelea dijo...

Curro:
Antes de venir los gigantes mandaron (hace unos 40 años) a unos emisarios pequeñitos(también metálicos) que se colocaron encima de casi todas las casas (en la foto ampliada se les ve muy bien). Estos hicieron bien su trabajo, por eso ahora vienen los gigantes tan tranquilos.
Los vecinos se fueron o se murieron de viejos, pero nunca fueron conscientes de que ocurriera algo extraño.

Recuerdos:
Si no nos dejamos ir dará lo mismo.
Por otra parte se ven cosas tan raras hoy día que casi ni el propio Quijote es un tipo demasiado llamativo cuando se baja del caballo. Subido al caballo si es llamativo, pero por el caballo, no por su triste figura.