Las mariposas son animales que habitualmente no se dejan acercar demasiado, pero hay un momento en el día en el que están bastante indefensas. Es a primera hora, cuando el rocío empapa sus alas. En esos momentos su única preocupación es conseguir sol y aire para secarse. Eso le está ocurriendo a esta Aporia crataegi (si no me equivoco). Pulsar para ver grande.
Tratamiento digital con el Gimp: recorte (el original tiene 18MB, y el recorte 8MB), pequeño retoque de curvas, reducción de tamaño y añadido del marco.
Canon 60D + 15-85 mm f3.5-5.6 IS USM EF-S
1/200, 5.6, ISO 400, 136 mm equivalente, macro a pulso, enfoque en live view.
3 comentarios:
Bonita, bonita.
La mariposa y esas dos briznas de hierba que se cruzan en aspa para la composición...Veo que disfrutas/amos...
El detalle del rocío es espectacular.
Aún no he encontrado a una así, y eso que madrugo mucho, pero que mucho
Hola Curro. No creas que la composición me acaba de convencer, pero de todas las fotos que hice era la más aprovechable.
Diminuto, aunque he visto muchas fotos de mariposas empapadas es de las pocas que he hecho yo. Y no tuve que madrugar mucho (serían las 9 de la mañana) ya que había muchísimo rocío, y la mariposa estaba en una zona sombría. Vamos, cuestión de suerte.
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